the cross is My Strength in you when you accept it. (cuando la aceptan, la cruz es Mi fuerza en ustedes)

“These days, I come to strengthen all mankind against the insidious attacks of Satan on all levels. He is in seemingly good, as well as, obvious evil. Each decision must be discerned according to the ultimate outcome. What may look good at the outset may result in disunity, war or the demoralization of human values. Everything I give you, such as modern technology, must be put to use to bring unity – not disunity.”

“Always stand for the Truth of the Gospel Message. Any untruth is not of Me.” (5/31/2018)

Read Ephesians 4:4-7, 14-16+
There is one body and one Spirit, just as you were called to the one hope that belongs to your call, one Lord, one faith, one baptism, one God and Father of us all, who is above all and through all and in all. But grace was given to each of us according to the measure of Christ’s gift.
. . . so that we may no longer be children, tossed back and forth and carried about with every wind of doctrine, by the cunning of men, by their craftiness in deceitful wiles. Rather, speaking the truth in love, we are to grow up in every way into him who is the head, into Christ, from whom the whole body, joined and knit together by every joint with which it is supplied, when each part is working properly, makes bodily growth and upbuilds itself in love.

+ Scripture verses asked to be read by God the Father.

“En estos días, vengo para fortalecer a toda la humanidad contra los ataques insidiosos de Satanás en todos los niveles. Él está en lo aparentemente bueno, así como en el evidente mal. Cada decisión se tiene que discernir conforme al resultado final. Lo que puede parecer bueno al inicio tal vez resulte en desunión, guerra o deterioro de los valores humanos. Todo lo que les doy, tal como la tecnología moderna, se tiene que utilizar para lograr la unidad, no la desunión.”

“Defiendan siempre la verdad del mensaje del Evangelio. Cualquier falsedad no proviene de Mí.”

Lean Efesios 4:4-7, 14-16
Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos. Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido. Por eso dice la Escritura: Cuando subió a lo alto, llevó consigo a los cautivos y repartió dones a los hombres. …Así dejaremos de ser niños, sacudidos por las olas y arrastrados por el viento de cualquier doctrina, a merced de la malicia de los hombres y de su astucia para enseñar el error. Por el contrario, viviendo en la verdad y en el amor, crezcamos plenamente, unidos a Cristo. Él es la Cabeza, y de él, todo el Cuerpo recibe unidad y cohesión, gracias a los ligamentos que lo vivifican y a la actividad propia de cada uno de los miembros. Así el Cuerpo crece y se edifica en el amor.