| January 26, 2007 St. Thomas Aquinas comes. He says: “Praise be to Jesus. My sister, this is the whole and the sum of sanctification–trustful surrender to the Divine Will of God in every present moment. In this trust is love. In this surrender is humility. In love, humility and conformity to God’s Will is self-denial.”“The soul who reaches for sanctity must completely surrender what he wants for what God wants. He puts God in the center of his heart and roots out self. It is impossible for the one who is self-absorbed to reach the heights of this surrender, for he views everything as to how it affects himself. He looks for self-gain in everything. He trusts in himself more than in God, for his love of God is imperfect. His existence revolves around his own welfare and not what God wills for him.” “The soul who pursues sanctification, however, tries to accept all things as from the Hand of God. He sees God’s Will in every situation. He understands that God is working with him, drawing him into sanctification. Therefore, he does not see God’s Will as a sharp-edged sword, but as a blazing beam of light illuminating the path he is called to follow.” “Inordinate self-love cannot choose Divine Love, for the two conflict just as the flesh opposes the spirit. But this Message of the Chambers of the United Hearts calls each one to take off the old and put on the new. This is the essence of sanctity.” |
26 de enero de 2007 Viene Santo Tomás de Aquino. Dice: “Alabado sea Jesús. Hermana mía, esto es todo y la suma de la santificación: la entrega confiada a la Divina Voluntad de Dios en cada momento presente. En esta confianza está el amor. En esta entrega está la humildad. En el amor, la humildad y la conformidad con la Voluntad de Dios está la abnegación”.“El alma que aspira a la santidad debe entregar completamente lo que quiere por lo que Dios quiere. Pone a Dios en el centro de su corazón y desarraiga el yo. Es imposible para quien está absorto en sí mismo alcanzar las alturas de esta entrega, porque ve todo en función de cómo le afecta a él mismo. Busca el beneficio propio en todo. Confía en sí mismo más que en Dios, porque su amor a Dios es imperfecto. Su existencia gira en torno a su propio bienestar y no a lo que Dios quiere para él”. “El alma que busca la santificación, sin embargo, trata de aceptar todas las cosas como si vinieran de la Mano de Dios. Ve la Voluntad de Dios en cada situación. Comprende que Dios está trabajando con ella, atrayéndola hacia la santificación. Por lo tanto, no ve la Voluntad de Dios como una espada afilada, sino como un rayo de luz resplandeciente que ilumina el camino que está llamada a seguir.” “El amor propio desordenado no puede elegir el Amor Divino, porque ambos están en conflicto, así como la carne se opone al espíritu. Pero este Mensaje de los Aposentos de los Corazones Unidos llama a cada uno a despojarse de lo viejo y revestirse de lo nuevo. Esta es la esencia de la santidad.” |
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