The Pharisees, in Jesus’ day, were spiritually and intellectually smug. They believed their opinion was the only true opinion – their truth – the only truth (En los tiempos de Jesús, los fariseos eran espiritual e intelectualmente petulantes.  Creían que sus opiniones eran las únicas y verdaderas, que su verdad era la única verdad)

St. Thomas Aquinas says: “Praise be to Jesus.”

“I have come to help you better understand the pharisaical spirit, for it is this spirit that is most often embraced by unbelievers. The Pharisees, in Jesus’ day, were spiritually and intellectually smug. They believed their opinion was the only true opinion – their truth – the only truth. They placed great value on station and wealth, intellect and power. It took much arrogance to reach this level of pride.”

“Many of those who purport disbelief in all that takes place here are embracing, not the truth, but a pharisaical spirit. They may waste many precious moments trying to satisfy doubts instead of embracing, like a little child, the core of the Message of Holy and Divine Love. They may think the future of the Mission itself rests solely on their opinion of the Messages. Some trust only their own discernment, which may be just a rash judgment. Others believe the opinions only of those in authority, without regard for the truth.”

“This is why I tell you, to be spiritually little is like a safety net as you walk the tightrope of life. The spiritually little do not fall into the trap of pharisaical pride, but are able to humbly recognize truth from error. St. Michael’s Shield is a shield of spiritual littleness.”

Santo Tomás de Aquino dice:  “Alabado sea Jesús.”

“He venido para ayudarte a comprender mejor el espíritu farisaico, pues éste es el espíritu que los incrédulos abrazan con más frecuencia.  En los tiempos de Jesús, los fariseos eran espiritual e intelectualmente petulantes.  Creían que sus opiniones eran las únicas y verdaderas, que su verdad era la única verdad.  Le daban gran valor a los puestos y a la riqueza, al intelecto y al poder.  Fue necesaria mucha arrogancia para llegar a estos niveles de orgullo.”

“Muchos de los que profesan incredulidad en todo lo que sucede aquí no están abrazando la verdad, más bien abrazan un espíritu farisaico.  Pueden estar desperdiciando muchos momentos preciosos tratando de satisfacer sus dudas en lugar de abrazar, como un niño pequeño, el núcleo del Mensaje del Amor Santo y Divino.  Pueden estar pensando que el futuro de la Misión misma depende únicamente de su opinión sobre los Mensajes.  Hay algunos que confían solamente en su propio discernimiento, el cual puede ser simplemente un juicio precipitado.  Otros creen únicamente en las opiniones de quienes ejercen la autoridad, sin tener consideración alguna por la verdad.”

“Por esa razón yo te digo:  ser espiritualmente pequeño es como una red de protección cuando caminas por la cuerda floja de la vida.  El espiritualmente pequeño no cae en la trampa del orgullo farisaico, sino que puede distinguir humildemente entre la verdad y el error.  El Escudo de San Miguel es un escudo de pequeñez espiritual.”