Until My rightful place is restored in hearts (Hasta que Mi lugar legítimo sea restaurado en los corazones)

“I am the author of all technology. Man claims every inspiration as his own without recognition of My participation. He takes what I give and very often uses it towards illicit goals. Thus you have convoluted morals. People accept behaviors sinful in My sight for the sake of pleasing others. Pleasing Me is not a consideration.”

“I petition the heart of the world to return to love of Me, first and foremost. Regard obedience to My Commandments as a way of proving this love. Do not seek other paths to please Me, which are trendy or even of a ‘New Age’ barometer. Cling to the Truth I am giving you today. Place Me once again as Lord of your hearts.” (8/31/2017)

Read Sirach 2:15-18+

Those who fear the Lord will not disobey his words,
and those who love him will keep his ways.

Those who fear the Lord will seek his approval,
and those who love him will be filled with the law.

Those who fear the Lord will prepare their hearts,
and will humble themselves before him.

Let us fall into the hands of the Lord,
but not into the hands of men;
for as his majesty is,
so also is his mercy.

+ Scripture verses asked to be read by God the Father.

“Yo soy el autor de toda la tecnología. El hombre se adjudica cada inspiración como suya sin reconocer Mi participación. Él toma lo que Yo doy, y muchas veces lo utiliza para objetivos ilícitos. Por eso ustedes tienen moral retorcida. La persona acepta comportamientos pecaminosos a Mi vista para agradar a los demás. Agradarme a Mí no es una consideración.”

“Le pido al corazón del mundo que regrese al amor por Mí primero que todo. Consideren la obediencia a Mis mandamientos como una forma de demostrarme ese amor. No busquen otros caminos para agradarme que estén de moda o incluso que sean un barómetro del ‘New Age’. Aférrense a la verdad que les doy hoy día. Pónganme nuevamente a Mí como el Señor de sus corazones.”

Lean Eclesiástico 2:15-18
Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras y los que lo aman siguen fielmente sus caminos. Los que temen al Señor tratan de complacerlo y los que lo aman se sacian de su Ley. Los que temen al Señor tienen el corazón bien dispuesto y se humillan delante de él: “Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia”.