Each one who comes to the site, uses the water or reads the Messages, will slip into this beautiful garment of God’s grace (Todos los que vengan a la propiedad, que usen el agua o que lean los Mensajes, se pondrán esta hermosa vestimenta de la gracia de Dios)

“My daughter, I am hemming the garment of grace that is this Mission in the world. Every last detail is falling into place. I am the seamstress, the thread – My grace. In the past I have patched and re-patched this garment, but today it is perfectly fitted and ready to be worn to the wedding feast.”

“Each one who comes to the site, uses the water or reads the Messages, will slip into this beautiful garment of God’s grace. Some will reject it and cast it aside as though it were a rag. Others will wear it and show it off with pride; but the garment will become soiled and torn through their own pride, doubts and false discernment.”

“But, My daughter, there are some who will put on this garment and wear it forever, refusing to let anyone with soiled hands touch it. These are My apostles of love. These are the ones that will help Me ‘show off’ this elegant garment of grace to the world. These are the missionaries that will help Me to make it known.”

“This garment of grace that is My Mission through you is adorned with the finest jewels. But the greatest jewel and most perfect adornment is made of the persevering trustful surrender in the heart of the Mission itself. This jewel alone is worth more than the purest diamond or the greatest pearl. It catches the eye of Heaven and glitters as though it were a myriad of angels. It is the lasting jewel of grace placed in the most dominant place of the garment – over the heart.”

“Hija Mía, estoy haciendo el dobladillo a la vestimenta de gracia que es esta Misión en el mundo. Se está arreglando cada último detalle. Yo soy la costurera; el hilo, Mi gracia. En el pasado, Yo he remendado y vuelto a remendar esta vestimenta, pero hoy está perfectamente ajustada y lista para usarse en la fiesta de bodas.”

“Todos los que vengan a la propiedad, que usen el agua o que lean los Mensajes, se pondrán esta hermosa vestimenta de la gracia de Dios. Algunos la rechazarán y la dejarán a un lado como si fuera un trapo. Otros la usarán y la lucirán con orgullo; pero la vestimenta se ensuciará y se rasgará por el propio orgullo, por las dudas y por el falso discernimiento.”

“Pero, hija Mía, hay algunos que se pondrán esta vestimenta y la usarán para siempre, rehusando dejar que alguien con las manos sucias la toque. Éstos son Mis apóstoles del amor. Estos son los que me ayudarán a ‘lucir’ esta elegante vestimenta de gracia en el mundo. Éstos son los misioneros que me ayudarán a darlo a conocer.”

“Esta vestimenta de gracia, que es Mi Misión a través de ustedes, está adornada con las más finas joyas. Pero la joya más grande y el adorno más perfecto están hechos de la constante rendición confiada en el corazón de la Misión misma. Esta joya única vale más que el diamante más puro o la perla más grande. Esta joya capta la atención del Cielo y brilla como si fuera una miríada de ángeles. Es la última joya de gracia colocada en el lugar más predominante de la vestimenta: sobre el corazón.”